“Disfruta de la vida, porque no vas a salir vivo de ella.”
Después de todo por lo que había pasado me sentía fuerte, sentía que no temía a nada; ni al dolor, ni a la muerte… ni siquiera a la mismísima vida. Sonreí orgullosa para mis adentros, no hacía falta exteriorizarlo, nadie me vería. Todo era oscuridad.
Cavilando y regocijándome en mi valentía, caí en la cuenta de que sí había algo que me hacía estremecer con tan solo pensarlo, algo que me aterraba; la soledad.
Me giré enrollándome con las sábanas. Una calidez agradable me recibió de buen modo. No abrí los ojos, solo me mordí el labio. “Tan cerca y ya te echo de menos”.
Una historia de amor, de inquietudes y cambios. Escrita por y para jóvenes.